No suelo hablar de temas de actualidad en el blog, pero todo esto me recuerda mucho (ya lo he dicho en otras ocasiones) a la República de Weimar, en la que los demócratas no luchaban unidos y dejaron que las fuerzas antidemocráticas se aliaran contra ellos, con el resultado de todos conocido. Empezando por los obispos y siguiendo por los jueces, por no hablar de algunos políticos, los ataques contra algunas de las libertades básicas de la democracia (que se inventaron los liberales de los que se reclaman herederos estos neocons) van aumentando poco a poco, sin que nadie se atreva a ponerles coto. Vamos mal si dejamos que nos coman el terreno.
¿Por qué "secuestrar" un medio de comunicación? Mayores ataques contra la intimidad de las personas se producen a diario en la prensa del corazón, y no pasa nada; quizá aspiran a ser protagonistas de ella, y a navegar en el Bribón. Yo he sido lector del Jueves durante muchos años, y se han publicado cosas peores contra la monarquía, incluso el rey ha sido personaje en alguna tira cómica.
Sólo quiero sacar dos conclusiones: Una, si la censura se produce a instancias de algún miembro de la monarquía, esa monarquía no merece representar a un pueblo democrático. Dos, una democracia con censura ya no es democracia, y no vale decir que hay que limitarse, y autocensurarse, y..., porque eso tampoco es democracia.
Y no pongo ninguna imagen (la portada del Jueves la podéis buscar en internet -¿o también van a secuestrar la red?), porque estoy muy cabreado.
No ha mucho que nos rasgábamos las vestiduras (con sobrada razón, todo sea dicho) por el atentado a la libertad de expresión que suponían las desmesuradas reacciones ante las caricaturas sobre Mahoma... Y cuando llega la hora de pasar la prueba del algodón del encaje de la crítica a lo que nos afecta directamente, queda desgraciadamente claro que aquí tampoco estamos -o están algunos jueces y fiscales- para dar lecciones de salvaguardia prioritaria de esas libertades y derechos fundamentales que alientan los sistemas democráticos de los que tanto nos jactamos.
ResponderEliminarAl margen de la chabacanería de esta caricatura que visualmente tampoco es el colmo del talento que digamos, sus autores están en su derecho de expresarse y de hacer sátira política, puesto que al menos yo no acierto a ver por qué esa portada es "injuriosa" y "denigrante" para la Corona al punto de hacer necesaria la puesta en marcha de los especiales mecanismos legales que protegen esta institución. Como no podía ser de otra manera, el auto judicial no se refiere al contenido de los bocadillos, donde es cierto que se vierte una acerada crítica de fondo político que es lo único que en realidad podría ser infamante (se sugiere que el Heredero no ha hecho nada en su vida susceptible de merecer el nombre de _trabajo_); y, sin embargo, no deja de resultar irónico que el juez fundamente su decisión en las actitudes representadas en el dibujo de los Príncipes, aunque éste sea claramente humorístico -¿no cuenta ya en el Derecho el viejo concepto del _animus iocandi_?- . Personalmente, no me vuelve loca que digamos la caricatura, pero me parece muy alarmante e inaceptable como ciudadana (sí, sí, mal que les pese a algunos, el concepto de ciudadanía no es una invención, existe y es la base de nuestras sociedades) que se llegue nada menos que a secuestrar una publicación por algo así... Máxime, cuando, si lo pensamos un instante, el dibujito de marras no hace sino presentar a un matrimonio que hace uso del idem, eadem, idem, y, además, con el benemérito fin de procrear (¿no era ésa una de las finalidades fundamentales del matrimonio, o es que los _Royals_ se reproducen por esporas?), lo que, por otra parte, no podemos olvidar que está en la base misma de la institución monárquica y de su continuidad. ¿O es que alguien llega a ser heredero de una monarquía con carácter dinástico sin reunir la condición _sine qua non_ de ser descendiente biológico de unos Reales padres? Yo estaba convencida, después de unas cuantas clases -¿infamantes?, ¿denigrantes?- de Ciencias Naturales, de que los niños nunca venían de París, ni siquiera en los supuestos cuentos de hadas con príncipe azul incluido. Pero parece que tendrán que sacarme de mi error los letrados que están detrás de este desaguisado y, lo que es peor, ese secretario _in pectore_ de las Juventudes Socialistas al que acabo de oír por la SER balbuciendo, nervioso y remitiendo a la postura oficial del partido (¿cuál es, por cierto?) y sin acertar a concretar siquiera una frase cuando le han preguntado sobre el tema (a lo que se ve, no pasa nada por manifestarse a favor de cosas de tanto calado, como, p. ej., la legalización de la eutanasia; pero, ah, cuando topamos con la sacrosanta monarquía la progresía se aturrulla)... Manda webs.
Y los osados de la Biblioteca Nacional de Madrid comprando, con dinero público, en 1986 el álbum de _Los Borbones en pelota_ firmado por SEM. Como se enteren en la Audiencia, se personan para expurgar las acuarelas contra Isabel II & Cía. Y que lectores e investigadores de las dos ediciones modernas de la obra tiemblen, que a lo mejor tienen que quemar sus ejemplares en la pira de la protección de las infamias contra la Corona. Revisad la biblioteca, blogueros, porque en el reino de este mundo de 2007 no alumbran como creíamos las Luces (ni siquiera, a lo que se ve, las de aquel Siglo).
ResponderEliminarPues sí, Weimar entre nosotros, y aún hay a quien le parece bien o no opinan y otorgan. Ah, cómo recuerdo esos "Spitting images" que ponían en la BBC!
ResponderEliminarSalud, camarada.