Supongo que llegué a ellos a través de nuestros clásicos españoles; un día empecé a comprar textos de la colección clásica de Gredos, de Akal, de Alianza o Cátedra, a buscarlos en librerías de viejo (y hasta ebooks en internet), y se fueron almacenando para los momentos necesarios. En el último mes han sido mis compañeros más fieles.
Y no son aburridos: con Luciano de Samósata o Marcial no dejas de reírte, con Ovidio o Virgilio encuentras algunos de los textos más hermosos de Occidente, con Heródoto o los textos sobre Alejandro la curiosidad y la maravilla te llevan de una página a otra...
Ya hablé aquí de El mundo clásico, de Robin Lane Fox; ahora, del mismo autor, Acantilado publica Alejandro Magno. Conquistador del mundo, un grueso resumen de la historia del rey macedonio, muy sugerente, aunque traducido deprisa (supongo que para aprovechar el éxito del anterior libro), incluso con faltas de ortografía. Al interesado le hará pasar muy buenos ratos, porque incluso llega a parecer una novela policiaca (especialmente al relatar la muerte de Alejandro y quién pudo tener interés en su supuesto asesinato).
También han caído los tres tomos de la Historia de Apiano, un recorrido por la historia de los diferentes lugares y personajes del mundo antiguo en torno a Roma (Iberia, África, Iliria, Galia, Aníbal, Mitrídates), para centrarse en las guerras civiles romanas, mi época favorita, y quizá la más documentada; sobre el tema, apasionante es el relato que hace Tom Holland en Rubicón (Planeta). Y he terminado el Epítome de las Historias Filípicas de Trogo Pompeyo, de Justino, una Historia Universal desde los asirios a Augusto.
En espera están Polibio, la edición de Estrabón en Alianza, o D'Alexandre a Actium, de Peter Green, un detallado examen de la época helenística (otra de mis favoritas).
Y ahora estoy leyendo La India y el Catay. Textos de la Antigüedad clásica y del Medievo occidental (Alianza), de Juan Gil, que mezcla varias de mis pasiones: Grecia, Roma, el Oriente antiguo, la Edad Media y los mirabilia o maravillas del mundo (de esto ya hablaré otro día), y conecta con mi acercamiento a la India de los descubrimientos portugueses (y aquí ya cito El nudo y la esfera, de Isabel Soler, en Acantilado, el más esclarecedor estudio sobre el tema).
Pues eso, atracón, pero con gusto
P.S.: Estos días se ha muerto otro clásico, pero del jazz: Oscar Peterson. Lo bueno de los clásicos es que sigues oyéndolos o leyéndolos eternamente.
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