Siempre se vuelve a hablar de los viejos amigos, y, en ocasiones, se viaja con ellos. Joseph Roth, si habéis leído alguna vez este blogs, es un de mis más antiguos amigos: ya no recuerdo cuándo lo descubrí en las viejas ediciones de la antigua Bruguera. Lo he ido persiguiendo de editorial en editorial, por librerías de viejo en diferentes ciudades y páginas web, y por diferentes idiomas. Leerlo es un placer estético e intelectual; releerlo hace que echemos en falta algunas traducciones.
Afortunadamente, dos editoriales, Acantilado y Minúscula, a las que tanto debemos los admiradores de la literatura centroeuropea, llevan a las librerías los textos de este clásico del siglo XX, hasta ahora descatalogados o difíciles de encontrar. En poco tiempo, la primera ha publicado La rebelión, una novela sobre la rebeldía de un mutilado de la Primera Guerra Mundial, y Judíos errantes, un ensayo que muestra la situación de los judíos del Este en la Europa de los años 20 y 30. Por su parte, Minúscula está editando las crónicas de viaje del autor; ya lo hizo con su viaje francés, Las ciudades blancas; luego, las Crónicas berlinesas; ahora, el Viaje a Rusia, con textos de su diario y una conferencia sobre el tema.
En estos textos encontraremos los temas de siempre: el mundo perdido con la guerra y la crisis posterior a ella, el ansia de humanidad para los desfavorecidos (los judíos en este caso), y la esperanza en un mundo mejor, que en su momento pareció ser la Rusia revolucionaria, de la que se desencantó rápidamente. Roth es un humanista que busca una salida a un mundo que se ha vuelto muy complicado, que quiere entender pero no llega a hacerlo.
Fue uno de los pocos periodistas que consiguieron ser grandes narradores, o al revés, porque siempre buscó ser un artista de la palabra, además de intentar remover nuestras conciencias burguesas.
Y, ya que lo nombro como periodista, comentaré que en la red he encontrado cuatro textos traducidos, dos de los cuales no han sido publicados (Abril y El jefe de estación Fallmerayer), y la totalidad de sus artículos, más de 5.000 páginas, en alemán (en alguna otra vida tendré que aprender alemán). Si alguien quiere leerlos, puede poner en los comentarios su correo electrónico y se los mandaré gustosamente.
A mí ya me lo has mandado, así que nada. También es uno de mis escritores favoritos de hace años, y más con esa biografía tan peculiar. Los santos bebedores es lo que tienen. Y que no reblen las editoriales en publicarlo. Parece que goza de buena salud.
ResponderEliminarAbrazo.
He leido varios libros de Joseph Roth y tengo mcho interés en leer esos dos, por favor si no es mucha molestia me los envie al correo miljenkoandres@hotmail.es
ResponderEliminarMe gustaria leer la historia del jefe de estación, si no es molestia me la envie al correo:
ResponderEliminarrevamcclane@yahoo.es. muchas gracias.