Hace mucho tiempo que empecé a leer a Perutz, en los libros que encontraba en la biblioteca, sin saber nada de él, quizás sólo por ser checo. Había en él algo que me atraía, pero tampoco llegaba a satisfacerme por completo. Hace unos años, la editorial Destino rescató algunas de sus obras, que seguían dejándome frío. Y ya casi me olvidé de él, hasta que en mi librería de lance encontré dos obras suyas, las dos en Muchnik, ¿Adónde vas, manzanita?, y De noche, bajo el puente de piedra.
La primera es la historia de una venganza a lo largo de miles de kilómetros. Georg Vittorin, oficial austriaco en la Primera Guerra Mundial, prisionero en un campo ruso, se juramenta con otros oficiales para vengarse de Seljukov, el oficial al mando del campo de prisioneros. Tras la liberación, regresa a Viena, y toda su vida se centra en esa obsesión, lo que le hace abandonar una futura vida fácil y viajar a la Rusia de la guerra entre blancos y rojos, atravesar el frente, ser capturado, relacionarse con los anarquistas, vivir en Moscú, siempre persiguiendo su pesadilla, volver al frente, ser capturado por los blancos, y acabar recorriendo Europa (Estambul, España, Francia) para acabar encontrándose a Seljukov en Viena. Y hasta aquí puedo leer.
El libro podría inscribirse entre las obras de artistas europeos, muchos de ellos de lengua alemana, interesados por la Revolución Rusa, aunque, como muchos de ellos, no la apoya. Rápidamente me vienen a la cabeza El profeta mudo, de Joseph Roth (Montesinos) o El maestro Juan Martínez que estaba allí, de Manuel Chaves Nogales (Asteroide). Y me hace recordar los libros de Bulgákov (en la antigua Bruguera) o de Ilf y Petrov (en Acantilado, magníficamente satíricos).
De noche bajo el puente de piedra cambia de tercio, y se ambienta en la Praga barroca, esa ciudad mágica del emperador alquimista, Rodolfo II. Se compone de una serie de cuentos, en los que a veces se repiten los personajes, que pueden leerse separadamente, pero todos juntos forman una misteriosa novela sobre el emperador, la ciudad, los judíos, la ambición, la venganza... Es lo mejor que he leído de Perutz, quizá por Praga, quizá por el elemento judío, que tanto me atrae. Rabinos, almas, violinistas (sin tejado), ricos prestamistas... sólo falta, afortunadamente para el resultado final, el Gólem, que tanto rendimiento ha dado en la leyenda y la literatura.
Habrá que seguir leyendo a Perutz.
Pues en ello estamos. Pero para que te hagas una idea, ningún libro de él en la pública de TGN.
ResponderEliminarSaludos.
Como sé que has conseguido "De noche...", no te lo dejes mucho y léelo pronto, que es una novela maravillosa, de esas por las que pasarías la noche sin dormir.
ResponderEliminarPróximamente voy a visitar Praga y me parece que voy a tener otra "visión" del Puente y de la ciudad si antes leo "De noche bajo el puente de piedra". Cada vez me gustan más los cuentos cortos.
ResponderEliminarSaludos,.
Disfruta del viaje, Camy.
ResponderEliminarUn saludo