La aventura de poder leer
Algo tiene que ver esto con lo que dijo el amigo Julio en julionarrow.blogspot.com. Llevo un rato, como tantos otros perdidos, buscando libros que me interesan, pero es casi imposible encontrarlos, a pesar de la red. ¿Qué sucede? En unas ocasiones, las librerías ya no tienen el libro que salió el mes pasado (claro, no me refiero a seudonovelas de misterio histórico superventas): pues lo encargas, y no te lo traen. Cuando tienes un librero de confianza, te cuenta que si esa editorial no tiene distribución, que si hacen papel con los libros "viejos", que si el distribuidor también lleva distribución de otros productos que le rentan más... Bueno, vamos a una biblioteca pública, que ahorramos dinero y espacio en casa: no lo tienen, pero sí el último libro del político o famosillo de turno, o diez libros de pilates, o... ¿Qué hacemos? ¿Nos ciscamos en que el sector "cultural" dé beneficios? ¿Cómo puede ser que se edite tanto (o sea, que dé dinero publicar), y que no llegue a los interesados? Al final, leer se convierte en una aventura difícil, de sentido único: el que nos quieren imponer. Y lo mismo podríamos decir de los discos o el cine.
No desisto, de todas formas. En Zaragoza tengo dos excelentes librerías con verdaderos libreros, preocupados por el cliente y sus necesidades bibliofágicas: Antígona (gracias, Pepe) y Cálamo (gracias también, Paco & cía), que hacen lo que pueden y más. Si no, un viajecito a Barcelona, a Laie o La Central (hay que hacer un monumento a estos libreros). Y en la red, iberlibro.com.
Para relajar, ahora oigo Fingerpickin, de Wes Montgomery.
Saludos
1 Comments:
Me adhiero cual compresa con alas al comentario de Alfonso, y añado "La capona" en Tarragona, donde Pau encuentra y pelea lo indecible por traer un libro.
Lo de las bibliotecas públicas, patético, sin criterio (y cuando lo hay, erróneo) y con miles de morrallas, pero servicio público poquito.
Yo oigo "French connection #2", ahora Dub Incorporation, interesante.
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