Una ventana abierta a la ensoñación
Hace unos días, mi amigo Julio me regaló una pequeña foto de Praga enmarcada, ésta que veis aquí (y que también podéis ver, con su comentario, en su blog, http://julionarrow.blogspot.com ). La he colocado en el centro del salón (al lado de esa ventana que casi nunca abro, la televisión), de forma que, cada vez que levanto la vista, la veo (y cuando entro en la habitación, y cuando busco un libro en los estantes, y...). La colocación fue casual, pero se ha convertido en un verdadero centro, una imagen insinuada en la distancia (pequeña, pero distancia); sólo veo una ventana abierta, no sé dónde, que muestra una torre, un puente que une dos mundos desconocidos y un camino de agua hacia algún lugar siempre mejor que aquél en el que estoy; una posibilidad de huida de la vida hacia..., especialmente cuando estoy leyendo a algún autor centroeuropeo.
Gracias, Julio, por el regalo (la verdad es que es la mejor foto que has hecho en tu vida)
1 Comments:
El mérito, si lo hay, es de la ventana y del sitio, yo sólo estaba allí para dar fe. Me alegro de que te guste, pero lo mejor es verlo.
Que vaya bien.
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