Amistad y gastronomía
Éste ha sido un fin de semana activo, casi sin descanso, lo que viene bien a las vidas sedentarias. Julio había invitado al amigo Joserra, de Valladolid, a dar una vuelta por nuestra ciudad, Zaragoza, y así hemos podido ponernos rostro después de una relación a distancia. Y ha sido muy intenso, como suele ser toda amistad que se inicia y se espera continúe.
Han sido muchas palabras, tapas, paseos, cenas, conversaciones, cervezas, sin orden ni concierto, como sucede en una buena tertulia de gente que ya se conoce. Libros, películas, ciudades, expresiones aragonesas y pucelanas, creando una trama para ayudarnos a tener algo en común más allá de la suprema generosidad de Joserra.
Ya se ha marchado. Ha habido planes para el próximo encuentro, que preveo tan concentrado y paseado como éste. No voy a repetir el final de Casablanca, por lo obvio, pero podría ser una buena continuación para esta amistad.
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